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Las Perlas del Foro de Señales de Humo

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El Foro de Señales de Humo, a lo largo de su historia en múltiples formatos, siempre ha sido sinónimo, entre otras cosas, de calidad en los escritos de sus participantes. Aquí se ofrece el histórico de aquellos escritos que merecieron el "¡¡A Columnas!!" por parte del resto de foristas.

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Histeria (14/05/2003)

Gil ha vuelto a calcar —espero que con menos éxito que otras veces—, la rancia estrategia de la cortina de humo. ¿Qué persigue con esa perenne intoxicación informativa sobre el año venidero? Que se hable más de futuribles que de la realidad presente. El futuro entrenador será francés o bosnio, la futura gran estrella Ibagaza (¡Dios nos ampare! El "Caño" es un buen jugador pero no un crack), el futuro modelo de club lo importará Toni Muñoz de Holanda, Grecia o Indochina. De nuevo la palabra "proyecto" y su noción reducidos a polvo y, una vez pulverizados, puestos en mínimas grajeas, a modo de aspirinas para tontainas, con las que mitigar el desastre, el absoluto desastre de ahora.


 ¿Ya no recordáis las promesas del fanfarrón al término de la pasada campaña? "O poco puedo yo, o el año del Centenario…" Y dejaba la frase sin concluir como dando a entender que en 2003 el Atlético poseería un equipo maravilloso. Pues bien, Gil no puede nada: es impotente. (Pero no subestimemos el lado imbécil de la impotencia: es más peligroso que el "lado oscuro de la fuerza", que popularizó la Guerra de las Galaxias.) La clásica fábula de "Pedro y el lobo" (¿recuerdan al pastor que, para darse importancia, sobrecogía a los campesinos de su villorrio gritando: "¡Que viene el lobo! ¡Que viene el lobo!"?) al seguidor colchonero no termina de aprovecharle. Y no obstante, debería. Gil vocifera siempre: "¡Ya viene el proyecto! ¡Ya viene el proyecto!", y  luego, olvidando que la alarma la hizo cundir él, se echa a temblar. Pues lo grande del caso es que Gil vive muerto de miedo, el pobre. ¿Y a quién teme? A la afición, o sea, al lobo rojiblanco, pero éste no llega. En su lugar comparece una oveja cansada, ilusa, un clon de Dolly, que colecciona anhelos pisoteados como los románticos coleccionaban pétalos de violeta entre las páginas de sus libros. Sé que es inútil oponerse a la catarata de rumores y al alud de embustes que pondrán epílogo a esta liga y prologarán la venidera, aunque, por si acaso, me detendré en el examen de las dificultades que afrontaría quien verdaderamente quisiese la resurrección del club. Me atendré tan sólo al aspecto deportivo del asunto. La plantilla actual del Atlético es amplia, mediocre y está envejecida. Algunos de sus jugadores pertenecen a otros equipos: Albertini, Contra, Coloccini, José Mari… Son cedidos o descartes del Milán que regresarán a Italia cuando concluya el presente campeonato. Si de mí dependiese, retendría al central y, en todo caso, al "dos" —pues Contra ya no ocupa plaza de extranjero–. Frisan en la treintena o la rebasan: Aguilera, Burgos, Otero, Juan Gómez, Carreras, el citado Albertini, Emerson, Stankovic y Sergi. A excepción de Aguilera, los demás han ingresado en el club ¡durante los dos últimos años! ¿No es un sinsentido amontonar viejos cuando en el balompié coetáneo la juventud es un valor al alza? La gran estrella del conjunto del Calderón —eso proclaman frívolamente algunos– es Fernando Torres. ¡Pero se trata de un punta que aún no sabe chutar! El portugués Dani quizá haya quedado inservible para el fútbol de alta competición (y conste que es el mejor tirador, pasador desde posiciones centrales y regateador que tenemos). García Calvo se eclipsó; Luis García sólo es un decente segundo delantero. Correa, ojito derecho de un sector de la crítica, sobra por flojo y poltrón.  (Debería cambiar de apodo. Propongo sustituir el de "Petete" por el de "Paquete", que es el que le corresponde.) Javi Moreno ha constituido la revelación negativa de la temporada. Movilla es un buen futbolista de club; no obstante, carece del disparo que complementa las condiciones de un fiable medio-centro. En Esteban el club tiene un portero sobrio pero bajito. Nagore y Jorge, por motivos diferentes, son dos elementos irrelevantes. En resumen, ¿de qué hombres dispone hoy por hoy el cuadro colchonero para aspirar a algo más que a la permanencia? En una nómina que rebasa las cuarenta fichas, apenas se salvan, siendo generosos en la estimación, cuatro o cinco. De ahí que si el famoso proyecto lo liderase uno que no fuera Gil –ojalá haya suerte—, debería contemplar la reestructuración completa del plantel, adoptando como nortes la juventud y la calidad. Ahora bien, ¿qué pueden costar Xavi Alonso, Reyes, Riera, Samuel Etóo, Ronaldinho Gaucho (no Ibagaza), Ricardinho, Totti, Junior…? Es mejor que ni os lo preguntéis. Pero descuidad, Gil tampoco se lo pregunta.

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