Había muerto Calderón (13/06/2003)
No querían venir conmigo. "¡Veniros!" les decía... "Que no..." contestaban.. "A la cuadra ni muertos" "Pero ha muerto Calderón... ¡Como vamos a dejar solo al Atleti un día como hoy!.. !Veniros!" ¡"Que no y no"!
Fui solo. Estaba jodido. Entré y me tomé unas cañas, una detrás de otra, de golpe. Tenía frío y hacia calor. Fui por Cuatro Caminos, solo. Ese camino me tenía que dar suerte, me ddecía, buscando la victoria un dia como ese. Cuatroca siempre ha sido atletica, repetía. Ahi abajo estuvo el Metropolitano. ¡Cuantas veces esta plaza habrá visto y sentido nuestra alegría! Caminé por Bravo Murillo. Calderón ha muerto, sentía que alguien muy mio se habia ido y estaba mas solo que la una. Entré y me tome más cañas. Qué remedio. Ya bajaba por Avila y veia al fondo el Bernabeu. Allí, pensaba, estarían los mios, en el vestuario, unos cuantos unidos en las gradas, tendrían frio con el calor que hace, sentirían lo mismo que siento yo. ¡Como les voy a dejar solos un dia como hoy!
Me sudaban las manos. Me sentía en territorio comache. Sentía las miradas de los que se cruzaban conmigo y, comprendia, que ellos, me reconocían colchonero cuando se cruzaban con mi mirada. Las mujeres del visón sobre todo. Esas me reconocían al instante. Que mas me da. "Miradme, ¿qué pasa?" No llevaba bufanda, ni camiseta. Nada. ¿Pero como iba a llegar así al campo? Vi una obra, en el asfalto. Estaban reparando un boquete en el suelo. El hoyo estaba delimitado por una tira roja y blanca, de plástico, que impedíaa el paso a la gente. Me acerqué. Ahi estaba la rojiblanca. Rompí el plastico por la mitad. Cayó al suelo, dejando el hueco libre. Me lo anude al cuello. Me miraban.
De un trago lo bebi, antes de entrar. Habia comprado la entrada en una taquilla. Tercer anfietatro de pie. Subi. Habia muerto Calderón. Yo no tenia ganas de futbol, no tenia ganas de nada. Solo subia escaleras y escaleras camino de ningun sitio. El cesped iluminado. Era tarde, habia llegado tarde. El campo estaba lleno, no repleto. Me senté, saque tabaco y fumé. No veia nada, solo las piernas de los que tenia delante y al lado, y a la derecha. Me importaba un huevo. Saque la lata escondida en el pantalón. Me miraban. Miraban mi lata, mi cara, mi bufanda de plastico robada, rojiblanca. Me importaban un huevo y la mitad del otro.
Se escuchó un estruendo. Los de la izquierda y los de al lado botaban. Me levanté. Los vi. Salían con una bandera rojiblanca sujetada por los dos equipos, los nuestros a un lado los otros a otro. Vi a Marina. Solo recuerdo a Marina y un crespón negro. Joder, se me habia acabado la cerveza. Mierda. No tenia nada que llevarme a la boca, ahora que me ahogaba. Alguien rezó un padrenuestro que se escuchó por la megafonía. Me mantuve en pie mirando la bandera, esa bandera que tanto habia significado y significaba para mi, desde pequeño. La bandera del Atleti.
Se miraron. El arbitro pitó. Corrieron tras el balón. Me senté. Encendi un cigarro, ya casi ni me quedaban. Me miraban. "¿Y éste?" "¿Qué pasa? ¿Pasa algo?" les retaba y miraba mi bufanda de plástico. "¿Pasa algo?"
Botaron como muñecos. Me importaba un huevo. Habia muerto Calderón.
Forza