Y ahora el derbi del futuro (16/06/2003)
La ducha de agua muy fría ayer recibida por los cuerpos ardorosos de muchos colchoneros, capaces de renovar su pasión a poco que la ocasión dé para ello, cierra un ejercicio deportivo marcado por la desilusión de muchos, y el temor más que la incertidumbre de todos ante el futuro del club.
El primer asalto está ahí ya, a la vuelta de la esquina: la inminente junta general. ¿Conservará Gil los derechos 'políticos' de las acciones fraudulentamente adquiridas? Porque si es así, me temo que nada ni nadie podrá impedir la operación de consolidación de su posición dominante vía ampliación de capital.
¿Qué puede hacer AA? ¿Impugnar la junta? ¿Con qué fundamento y posibles consecuencias? Actuar, en este aspecto, no es fácil, pues la situación se presenta llena de trampas peligrosas. Si Gil conserva los citados derechos, la impugnación será probablemente estéril, y esto perjudicará la posición de AA. Si no los conserva y la impugnación, de producirse, tiene éxito, se corre el riesgo de no poder afrontar el pago a los futbolistas, que éstos denuncien el impago y... . Rayos y truenos caerán sobre AA.
Si por precaución o inviabilidad de la posible impugnación, ésta no se lleva a efecto, la presión sobre AA será igualmente muy alta. "¡Venga, venga!, listillos. ¿Dónde está vuestra alternativa? ¿Tenéis dinero? ¿Compráis o no compráis?". La respuesta, por las pistas dadas, parece que es afirmativa: hay personas (físicas y/o jurídicas) dispuestas a comprar a Gil sus derechos. Pero ¿a qué precio y en qué condiciones? ¡Uf, qué difícil!
Cabe también que se jueguen las dos cartas a la vez: impugnación y oferta de compra. Se aumenta la presión sobre los Gil, con la primera, y se abre una puerta al futuro, con la segunda. Quizá sea lo más correcto 'políticamente'. Mas no por ello se despejan las incógnitas señaladas y asociadas a cada uno de ambos asuntos por separado.
Si el desenlace del derbi de ayer estaba muy sencillo, para nuestra desgracia, el de este otro no lo está tanto, para mayor desgracia aún. Y quien considero mi equipo se va a ver muy exigido. Se va a requerir muy buena forma física, finura táctica y mucha concentración para desplegarla.
Además, la grada y el 'entorno', como dicen por Can Barça, no van a ayudar mucho, me temo. La inmensa masa del público, desesperada y manejada por la chusma mediática, empezará a silbar y sacar pañuelos con el primer fallo del equipo. ¡Ah!, y no nos olvidemos de ese sector crítico del público, integrado por los eternos disconformes con todo y todos, y expertos en estar siempre más allá del bien y del mal. Aunque en principio parecen apoyar al equipo, serán los más duros de todos en cuanto se produzcan los primeros fallos.
Saludos colchoneros