Sorprendentemente contento (24/06/2003)
En el día despues de que los vikingos ganen la liga estoy sorprendentemente contento.
Otros años los títulos del Mandril hacían que se me removieran las tripas y que no quisiera cruzar miradas con íntimos amigos hasta pasados unos días. Sentía rabia y envidia y me compadecía de mi suerte... Hoy no.
Han conseguido que me de igual todo lo que hacen. No me dan ninguna envidia porque no quiero ser como ellos. Que ganan ligas gracias al dinero de la ciudad deportiva? que las ganen, para ellos. No son títulos limpios, que es lo que yo quiero. Ganan ligas que parecen los partidos de baloncesto que ganan los griegos en casa y que tanto ofenden a todos, madridistas incluidos, pero institucionalizados y bendecidos por la prensa y los poderes locales... pues para ellos.
No quiero ayudas, quiero un equipo lo suficientemente orgulloso como para levantarse sólo. No quiero jugadores que celebren un título con menos interés que quien celebra la línea de un bingo en un hotel de jubilados, no quiero un club cuya identidad es la de mercenarios de lujo que desprecian al aficionado. No quiero eso para el Atleti y me alegra ver que ya no me afecta lo que pase en la Cibeles.
Los que ayer me daban envidia eran los de la Real, como en su momento los del Depor o los del Valencia. Más los de la Real, que, consideraciones políticas aparte, han sido segundos y casi primeros con un equipo de la cantera y con varios extranjeros de poco relumbrón identificados con el equipo. Estuve en San Sebastián hace poco y me pareció una maravilla ver los balcones con banderas del equipo y a los niños con camisetas corriendo por las calles. Eso quiero yo para mi Atleti, títulos ganados con esfuerzo y mérito y una afición más identificada y orgullosa que nunca.
Eso quiero yo, no sé vosotros. Queda mucho para lograrlo, pero también el doblete se ganó un año despues de casi bajar. Todavía quiero pensar que los buenos tiempos están a la vuelta de la esquina, que en la vida todo son ciclos. Y que los madridistas algún día envidiarán a un Atleti hecho a empujones por la afición y por jugadores involucrados con la identidad del club que ganará una liga despues de haber estado en segunda y lo celebrará como mil champions. Porque a cada cerdo le llega su San Martín y algún día el gordo se irá, a los vikingos les pedirán cuentas por los favores recibidos y sus estrellas cavarán la tumba de los que les pagan, como las nuestras nos bajaron a segunda.
Todo llega, sólo hay que tener paciencia. Y no resignarse a pensar que los malos ganan siempre. Tener fe y contarlo por ahí, esa es la responsabilidad de todos.