Natividad colchonera (04/07/2003)
Sí, porque hoy por fin ha nacido de verdad AA. El parto parece haber sido lento y, si no doloroso, sí muy laborioso. Pero al fin ya está aquí, entre nosotros y ante todos los atléticos, que era de lo que realmente se trataba. Su estado parece ser más que aceptable, y el padre es todo un chicarrón, con apariencia de joven preparado y viajado, lo que nos hace concebir muchas esperanzas.
Pero, ojito, ahora hay que bautizar a la criatura. Y me asalta el serio temor de que el viejo y preconciliar párroco de nuestra querida iglesia, no va a estar por la labor. Temo que diga que es fruto de una relación pecaminosa, que hay muchos padres implicados, que la madre es una golfa y vivía en pecado, y que el que da la cara como padre no es parroquiano de su agrado. Seguro que tendremos problemas, en definitiva. Mas ¿eso nos va a arredrar ahora, con todo lo que llevamos pasado durante la gestación? Habrá que disponerse a pelear con el párroco, el obispo y el mismo Papa si es preciso, con tal de bautizar a la niña.
En las hojas parroquiales, que hojeo virtualmente con fruición, leo malas noticias. El sacristán anda buscando monaguillos sin mucho éxito. El más reputado, procede de la Argentina. Sus padres dicen que el chiquillo vale mucho, que nadie como él ayuda a repartir las hostias, por lo que aspiran a que se emplee en parroquia de más enjundia, como la del Padre Damián, cuyo sacristán ya está negociando con ellos. Nosotros lamentablemente, andamos a la cuarta pregunta, pues el párroco casposo ha dejado los cepillos más limpios que la patena –que por cierto está embargada, junto con cálices y candelabros. Algo parecido ocurre con otro que quieren traer de las frías y húmedas tierras de Escocia. Allí, tierra de avaros protestantes, dicen querer dinero contante y sonante, con lo que volvemos a las mismas. ¿Pasará tres cuartos de lo mismo con ese chiquito con cara de Marcelino Pan y Vino que vive por Mallorca, que ya el año pasado fue oscuro objeto de nuestro deseo? Malos presagios, es tierra de fenicios.
¿Y si al final, suponiendo que consigamos bautizar a la recién nacida, resulta que en la iglesia no hay ni bancos para sentar a los parroquianos, las velas se han acabado y está todo lleno de goteras? Pues menudo bautizo, parecerá de segunda. Bueno, pues nos arreglaremos. Llevaremos de casa sillas, velas y paraguas, pues que haya bautizo es lo importante.
Lo malo es que nos quieran dejar sin bautizo y encima quieran que sigamos yendo a misa todos los domingos, a seguir viendo al grasiento párroco, rodeado de sacristanes de medio pelo y de monaguillos cayéndoseles los mocos.
Ahora, como eso pase, los denuncio en el obispado, llego hasta el Vaticano si es preciso, y si ni por esas, quemo la iglesia con el párroco y todo su séquito dentro.
Saludos colchoneros