El Atlético (y su afición) en el diván (15/09/2003)
El principio de esta temporada me ha hecho reflexionar. Había muchos puntos en coincidencia con la temporada anterior: Nuevo proyecto, nuevos nombres, el entrenador que necesitábamos... Se juegan partidos y la realidad nos abofetea con saña. Cualquier equipo de España nos humilla, como ya aprendimos en nuestro vía crucis por la división de plata, cuando sufrimos goleadas ante equipos como (con todos mis respetos) el Levante o el Elche; por no hablar de la famosa derrota ante el Universidad de Las Palmas, que provocó un terremoto del que, sorprendentemente, el principal responsable salió "de najas" esparciendo el humo habitual, ante la ya también habitual pasividad social.
Hace tiempo que por la cabeza me ronda la idea (terrible), de que independientemente de los nombres que configuren la plantilla y de las tácticas, mas o menos acertadas, de los diferentes entrenadores; el Atleti esta condenado al ostracismo de oficio.
Me explico, los vicios que esta centenaria entidad acumula desde un tiempo a esta parte, impregnan de tal manera los valores de este club, que ya el ridículo y la humillación no duelen; y eso ocurriría igual si 10 Van Basten poblaran la primera plantilla. Y Ojo, no me refiero a la actual dirección de club solamente, sino también a la sufrida afición. Antaño, ese sufrimiento tenia por objeto alcanzar metas mas o menos lejanas, y eso se aceptaba como la idiosincrasia del club; pero ahora, a veces me da la impresión que algunos persiguen el sufrimiento por el sufrimiento.
Me da la impresión de que en este club, una vez tocado fondo (descenso), ya todo da igual; se pueden reír de nosotros, pero somos grandes...triste consuelo para los que estábamos acostumbrados a pensar que un mal año era quedar cuartos.
El Atleti se ha convertido en esa ramera (que no se ofenda nadie) que ha caído tan bajo que ya no siente vergüenza por vender su cuerpo por poco dinero, y que aguanta estoicamente humillación tras humillación, por que ya le de igual.