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El Foro de Señales de Humo, a lo largo de su historia en múltiples formatos, siempre ha sido sinónimo, entre otras cosas, de calidad en los escritos de sus participantes. Aquí se ofrece el histórico de aquellos escritos que merecieron el "¡¡A Columnas!!" por parte del resto de foristas.

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Patatas con vinagre (25/09/2003)

Nada que hacer: la situación del Atlético está perfectamente subnormalizada. ¿O es que pensaban ustedes que el alud de embustes veraniego iba a sobrevivir al comienzo de la Liga? El Atlético existe y parece alguien dos meses al año: los que median entre el final de un torneo y el inicio de otro. ¡Y hay que oír las bravatas y los "esta vez sí", mediante los cuales algunos periodistas —perdón, vendedores de ilusiones— entierran con pompa fúnebre al sentido común durante julio y agosto! Tozudos inhumadores de la verdad, esos tontainas (y los filocolchoneros son los peores) le hacen un daño terrible al equipo.

 

Porque el Atlético está condenado a la realidad, y todo lo que sea vivir de espaldas a la realidad agrava sus males y pudiera acelerar su fin.

En cierta ocasión, Lord Byron y una amiga suya pudiente entraron a almorzar en uno de los mejores restaurantes de Londres. Byron, que estaba sin blanca —como de costumbre—, ojeó despacio el apetitoso menú y, cuando el camarero preguntó: "¿el señor desea…?", dijo con un tono de voz perfectamente natural: "Patatas con vinagre". Su acompañante, entre escandalizada y divertida, protestó: "¡Patatas con vinagre. Pero si yo invito!". "Ya lo sé —repuso el poeta—, pero mañana te irás y yo regresaré al tabernucho donde como a diario. Si ahora devorase esa suculenta pularda o ese exquisito pudding, ¿con qué ánimo me atendría de nuevo a mi habitual dieta de patatas con vinagre?".

Pues bien, a la afición del Atlético la atiborran de langosta y pastel de trufas, únicamente para subrayar su bochornosa indigencia. Y cuando termina el breve e imaginario festín —pues sólo ocurre en las mentes de los necios propagandistas—, vuelve al ayuno desmoralizada y de peor humor.

No sé a ustedes, pero a mí, siempre que pienso en las patatas con vinagre, se me hace la boca agua.

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