No engañamos a nadie (22/10/2003)
Anteayer, en el campo, volví a comprobar con dolor la obcecación y falta de criterio del señor Manzano Si bien me alegré al ver por fin que ha decidido jugar con dos delanteros, para que dejen de coser a patadas al niño, también contemplé con desesperación la inclusión de nuevo en el once titular de Novo y Mussampa. ¿Cómo podría hacerle llegar al señor Manzano que el fútbol necesita de las bandas y que sus dos interiores aun no se han decidido a jugar al fútbol? (Si es que saben) ¿Cómo podría hacerle llegar al señor Manzano que Nano y Jorge pueden y deben ocupar el sitio de sus dos estiletes.
Ayer, amigos, jugamos mal. Tan mal como siempre. Pero sí cambió algo. Metimos 3 goles (uno anulado) y además ganamos, aunque gracias al talento puntual del canario. No obstante, estamos muy lejos de practicar un juego brillante, y por ende, de ocupar los puestos que tan alegremente vendíamos a principio de temporada. Manzano solo reacciona cuando las cosas las hace tan clamorosamente mal que se lo tiene que decir el público (como clamorosa fue la merecida bronca que se llevó Mussampa cuando fue sustituido). El psicólogo jienense tiene un duro trabajo, especialmente con el Niño, que aunque marcó dos goles, no está bien, ni anímicamente ni físicamente.
Señores. No nos engañemos. O el equipo empieza a jugar al fútbol, o no salimos del pozo. Llevamos 4 goles en 7 partidos. La situación sigue siendo grave.
Ah, por cierto. Respecto a Gil, mejor ni hablar. Es una persona muy enferma. Un mentiroso compulsivo que ha hundido al que fue el tercer equipo de España. No obstante, ni siquiera merece la pena hablar de él, dado que éste es un escrito de carácter crítico-constructivo y no el epitafio de la tumba del enemigo más odiado, sobre la que desearía bailar el himno del Centenario.