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Las Perlas del Foro de Señales de Humo

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El Foro de Señales de Humo, a lo largo de su historia en múltiples formatos, siempre ha sido sinónimo, entre otras cosas, de calidad en los escritos de sus participantes. Aquí se ofrece el histórico de aquellos escritos que merecieron el "¡¡A Columnas!!" por parte del resto de foristas.

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Chinasky, pastor de ballenas (23/10/2003)

Como vivir es fracasar, todo fracaso encierra en sí una cierta gloria. Salvo si aquel que fracasa, claro, da en soberbio. Ningún espectáculo hay tan penoso, tan grotesco, como el que nos regala la soberbia de un perdedor. Apenas cayó Chinasky en él a pesar de darse todas las facilidades para ello. Nada, desde luego, que no pueda explicarse tras el cansancio y la decepción del primer instante. Pero es hermosa su coherencia. En momentos en que parece merece aplauso casi unánime esa cosa obscena y sobre todo falsa de culpar a la gente por lo que se califica como actitud pasiva, su casi silencio, la conmiseración que se advierte incluso detrás de sus reproches luce el brillo duro y blanco del diamante. Sí hay reproche cierto, en cambio, para quien inició esa lucha y faltó a su compromiso o para quien con inesperada tibieza se arrugó en el último momento. Pero lo hay no por ello, intuyo, sino por haber cometido la insensata ligereza de ceder a esa primera y fácil ilusión sin medirse a sí mismo, sin saber hasta dónde podría y no podría llegar. También, a buen seguro, habrá habido perdón.


Creo que Chinasky sabía lo que iba a pasar. Lo sabía tanto que lo que sabía era precisamente que no podía pasar otra cosa. Porque a él no se le escapa que para casi todo el mundo vivir, conseguir algo de dinero, una casa, llevarse más o menos bien con la familia e incluso distraerse y apartarse con el ocio de esos juegos de poder en que la casi totalidad de la vida consiste, es tarea demasiado ardua, demasiado difícil como para que le sea imputable el hecho de acudir a un campo de fútbol a otra cosa que no sea gozar o sufrir con su equipo.

No así para él. Pero no por ser más atlético. No. Sencillamente, por haber aceptado sin trabas su camino -iba a decir su destino-. Esa y no otra es su grandeza. Así que se sacó del fondo de sí mismo una pancarta, una protesta, una lucha, conociendo que no era eso lo pertinente para echar a Gil y que la gente lo sabe, conociendo, en fin, el dulce fracaso que le esperaba, como un perro dócil, el domingo a las nueve de la noche. No importa. Era lo que había que hacer, lo que él tenía que hacer.

En verdad, todo cuanto ha pasado me recuerda -me lo ha venido recordando los últimos diez días- a ese serenísimo -y cuán noble- desplazamiento silencioso de familias enteras de ballenas que acuden sin espanto a dejar sus vidas suavemente en el oro insensible de las playas. Glorioso y casi feliz llamamiento del fracaso, de la muerte.

Yo, Chinasky, que no considero al Atleti lo más importante de mi vida, que no amo al Frente Atlético y hasta su nombre me produce rechazo, que jamás puse en peligro mi cuerpo por el fútbol y que apenas chillo contra Gil o contra nada, acepto también mi camino al escribir lo que escribo, por ejemplo estas palabras, cuyo eco quisiera dijese tantas cosas como tu límpido silencio de estos días.
Posted: oct 23 2003, 12:00 por SDHEditor |
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