Columnas del Foro

Las Perlas del Foro de Señales de Humo

Sobre las Columnas

El Foro de Señales de Humo, a lo largo de su historia en múltiples formatos, siempre ha sido sinónimo, entre otras cosas, de calidad en los escritos de sus participantes. Aquí se ofrece el histórico de aquellos escritos que merecieron el "¡¡A Columnas!!" por parte del resto de foristas.

Recursos Sindicaciones

La 'tisis' del Aleti (04/11/2003)

Era Julito un amigo de mi niñez. Vivía en la calle de Gabriel Lobo, justo una manzana por debajo de la que ocupaba mi propia casa. Hoy, su casa y la mía ya no existen, pues es terreno ocupado creo que por un auditorio sito en la calle que por entonces era un eterno proyecto (la llamada prolongación de General Mola).
Julito era lo que despiadadamente los niños del barrio llamábamos un tísico. En realidad no lo era, pues simplemente padecía de muy fuerte asma.


Cuando la enfermedad lo atacaba, no le cabía más remedio que refugiarse en su casa, donde pasaba encerrado largas temporadas.
Yo era un buen amigo de Julito, con quien compartía la afición por los tebeos de Hazañas Bélicas, que con fruición devorábamos tras incesantes intercambios en una tienducha de López de Hoyos. De manera que, cuando una de sus frecuentes crisis lo llevaba a permanecer varios días en su casa, yo acudía a pasar con él buenos ratos vespertinos. Su madre, de cuyo nombre no me acuerdo, era una hacendosa ama de casa de origen extremeño. Cuidaba de él con un mimo que era mi envidia, hasta el punto de que, en mi ignorante infantilidad, muchas veces deseaba yo también ser ‘tísico’ y tener a aquella buena señora por madre.
Recuerdo que la madre de Julito siempre realizaba las mismas admoniciones cuando atravesaba la puerta de su casa: diviértemelo un poco, que el pobre lo pasa tan mal y está tan aburrido. Dicho y hecho. Nuestra vivencia de aquellas ficticias aventuras, me llevaba a imitar los ruidos de armas y explosiones conforme aparecían éstas en las historietas. Me movía sobre su cama como un auténtico Johnny Comando, poniendo patas arriba la siempre limpia y ordenada cama de Julito. Y claro, todo esto era la inmediata antesala de la entrada de la madre de Julito: diversión pero con orden, nos decía, que el chiquillo no se puede excitar. Y en efecto, cuando a veces se contagiaba de mi entusiasmo, rápidamente surgía un conato de crisis, que requería de la intervención de su madre y el consiguiente retorno al reposo, que precedía a mi salida.
No había manera, pues, de que Julito se divirtiera cuando atravesaba aquellas circunstancias. Le convenía distraerse, pero la distracción, si lo era de veras, acentuaba la crisis. Diviértete pero sin divertirte, venía a ser la cosa.
Hoy, después de esta increíble, aunque no por no soñada, racha del Aleti, me veo un poco como Julito. Disfrutas como un zorro en un gallinero con victorias como las de ayer y con goles como el del Niño. Pero en cuanto se acaba el partido, y recobras el pulso normal, ¡zas!, se te aparece en el horizonte la sombra gigantesca y negra del propietario. Entonces piensas, ¡maldita sea!, mira que es desgracia, que aquello con lo que disfrutas sea a la vez alimento de tu mal, de ése que te corroe las entrañas y te impide ser como esos otros niños, felices de febril actividad.
Triste el destino que nos ha deparado Gil a los colchoneros, pues, cual si fuéramos niños ‘tísicos’, trasforma nuestras alegrías en penas; y lo que es peor, a los mejores de nosotros, a veces, nos lleva a querer ver en las penas un motivo de alegría.
¿Cuándo sanaremos?

Saludos colchoneros
Posted: nov 04 2003, 12:00 por SDHEditor
Archivado en:

Comentarios

Aún no ha hecho nadie ningún comentario. Escribe alguno y sé el primero :P