¡Tan, tan idiotas! (19/03/2004)
Somos tan redomadamente idiotas que nos florecen los Cerezos por todas partes. (Lástima que sean Cerezos japoneses, o sea: de los que no dan fruto.) Los Cerezos tenían un sueño y lo enunciaban —léase: lo roncaban en la placidez de su siesta—: “Ojalá decida la Final de Copa Movilla”. Pues bien, plegaria casi atendida porque si el calvito, despreciado por sus patronos Giles y Cerezos y por su entrenador, no le marcó un par de goles al Madrid, al menos contribuyó a que los maños levantasen la Copa del Rey.
Somos tan dichosos —¡hay que ver cuánta felicidad!— que nos da igual que el trofeo se haya ido a Zaragoza. A lo mejor los vencedores, en un arrebato de munificencia, nos regalan un asa. Además, como nos sobran medioscentros, qué mejor que prestarle uno a un equipo que pelea por no descender a Segunda. ¿No es raro que la prensa, en vez de entrevistar a Gil —el gran triunfador de la noche—, gastase el tiempo en loar las proezas de los Magníficos? ¿Es que nadie se ha dado cuenta de que nuestro bienamado club ha salvado ya la temporada por obra y gracia de una inteligentísima permuta invernal —la que puso a Movilla en Zaragoza y trajo de Turín al Pollo Olivera?
Señores, pregunto cuándo nos olvidaremos del Real. Los merengues —permítanme que insista— no juegan en nuestro campeonato, que es el de los uefos contra los intertontos. Y me pregunto también cuándo dejaremos de insultar a los futbolistas del Madrid. (Roberto Carlos no es un macaco sino un formidable jugador que ya hubiésemos querido en el Atleti para un día de fiesta.)
Pero no querría por nada del mundo amargarles la jornada. ¡Ojalá vengan muchas tardes como la de anoche! ¡Qué gusto ver a Solari y a Raúl campeones de Europa; a Valerón, a Donato y a Molina, campeones de Copa; a Baraja, campeón de Liga, a Vieri o a Hasselbaink, máximos goleadores del Calcio o de la Premiere League! ¿Qué la elástica del Atleti no ceñía sus torsos cuando obtuvieron esos lauros? ¡Bah, mera cuestión de detalle!