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Las Perlas del Foro de Señales de Humo

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El Foro de Señales de Humo, a lo largo de su historia en múltiples formatos, siempre ha sido sinónimo, entre otras cosas, de calidad en los escritos de sus participantes. Aquí se ofrece el histórico de aquellos escritos que merecieron el "¡¡A Columnas!!" por parte del resto de foristas.

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¿Tomadura de pelo con Peineta? (25/05/2004)

Desengáñese el buen Ozemaría: las autoridades de Madrid —iba a escribir del Madrid— quieren para el Atleti justo lo contrario de lo que desean para el Real. En su fuero interno, a Gallardón y Esperanza Aguirre nuestros problemas les preocupan tanto como los del Español de Barcelona a Maragall y Artur Mas. En el fondo se alegran de las tribulaciones rojiblancas, porque su cerebro y su corazón son blanquísimos, y porque la debilidad del Atlético es útil para el Madrid. Las fuerzas vivas del Foro han optado por poner todos lo huevos frescos en la cesta merengue y los podridos en la colchonera. Su causa es la del gangster del Bernabéu. ¿No les ha parecido a ustedes extraño que aún continúen explicándole a la gente que la operación de la ciudad deportiva de Valdebebas, en virtud de la cual se le ha quitado a un parque público de Madrid un trozo enorme para donárselo a una entidad privada, es “buena para todos”? ¡Como si alguien hubiese protestado enérgicamente contra la mayúscula golfada! (¿A quién esperan persuadir de la justicia y utilidad del asunto?  A ellos mismos, porque saben que lo que han hecho no es digno de alabanza sino de reprobación, y creen que repitiendo machaconamente un embuste suplen su falta de veracidad.

Pero se nos dice que esta vez las autoridades de Madrid tienen un plan del que forma parte el Atlético de Sïngapur, ¡loados sean los dioses! Quieren que nos mudemos a la Peineta, como el Español se fue a Montjuïc. En principio —reconozcámoslo— se trata de una oferta tentadora: vendemos el Calderón para jugar de balde en el estadio olímpico de la capital de España. Con la suma obtenida, pagamos a nuestros deudores y reforzamos el plantel.

Sin embargo, tales cálculos bien pudieran reeditar la cuenta de la lechera. La Peineta está por construir y su césped es pequeño, como se pudo comprobar con ocasión de la célebre Supercopa, que el difunto vendió por un plato de lentejas (el trofeo le correspondía al Atlético por haberse alzado con el doblete; pero a Gil le pusieron las televisiones una cantidad encima de la mesa y él sacó el trofeo de la vitrina y lo rifó. Dicho sea entre paréntesis: nadie niega que el difunto amase unos colores, sólo que eran los del parné.)

Para que la obra de La Peineta progrese hace falta que el COI otorgue a Madrid la organización de los JJOO de 2012; de momento, una mera posibilidad. (De lo contrario, el aforo del coliseo no superaría las 50.000 localidades, capacidad de todo punto insuficiente. Podemos y debemos aspirar a un estadio que cobije como mínimo 80 ó 90.000 almas, aunque sean las almas de cántaro que predominan en nuestra afición.)

Aun así, imagine el lector que los acontecimientos desfilan por la triunfal senda que entrevé el alcalde: Madrid tiene sus JJOO y el Atlético, su estadio. El aforo —que se completaría hacia la fecha de la inauguración del certamen— alcanzaría los 75.000 asientos. Aun dando por buenos tal cantidad y el retraso en alcanzarla, las dimensiones del rectángulo de juego no habrían crecido (estos defectos constitucionales son asaz costosos y arduos de remediar.)

Otra pega es la ubicación del recinto —muy lejos del actual y a trasmano—; una tercera,  la pista de atletismo que rodea al césped. (Ya sé que el Olímpico de Munich es un fortín para el Bayern y que a los forofos muniqueses no los arredran las ocho calles del anillo, pero convenza usted a nuestros hinchas, acostumbrados a la proximidad de los jugadores.)

En fin, el alcalde necesita que el Atlético habite La Peineta y el Atlético precisa fondos con los que rellenar su morrocotudo boquete financiero. Pero el cambio del Calderón por la Peineta podría ser pan —un pan soso y mal cocido— para hoy y hambre para mañana. Y, en todo caso, le sobra razón a Ozemaría: Gil Marín y Cerezo no pueden representar al Atleti en ningún acuerdo con las autoridades de Madrid. Si hay que cometer alguna golfada que beneficie al Atleti, exijo una golfada pulcra, como las que se perpetran a favor del Real; no un chanchullo ruinoso con presuntos delincuentes.

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