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Las Perlas del Foro de Señales de Humo

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El Foro de Señales de Humo, a lo largo de su historia en múltiples formatos, siempre ha sido sinónimo, entre otras cosas, de calidad en los escritos de sus participantes. Aquí se ofrece el histórico de aquellos escritos que merecieron el "¡¡A Columnas!!" por parte del resto de foristas.

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Errores no forzados (28/05/2004)

Es como para morirse de risa: el club no renueva a Manzano quien, por su parte, desde hace dos meses le había dicho a Toni Muñoz que no continuaría motu propio. De modo que Manzano no pensaba seguir y, aun así, el club deshojaba de la margarita del entrenador el pétalo Manzano.  Ya sé que el secretario técnico no es un as de la oratoria y que farfulla en demasiadas oportunidades, pero me resisto a admitir que no comunicase a Cerezo el propósito del coach de Jaén. Por fuerza ha de tratarse de un error de los mensajeros —esto es: de los desinformantes de turno—, o de una argucia para salvar la cara del mister y la de sus empleadores —éstos deberían jugarse la cabeza, pero como no tienen o la tienen en otras cosas…—.

 

Si uno repasa la trayectoria del Atlético de Madrid bajo las órdenes de Manzano, halla injustificables y merecedores de la destitución los siguientes extremos: 1) Nadie entiende por qué un equipo cuya única obligación era arrancar con fuerza en la Liga compareció en ella sin forma, nervioso, blando, torpón.  (De hecho el mister salvó el cuello después del triunfo in extremis ante el Mallorca.) 2) El regalo de la Copa fue una tremenda estupidez, y no por la Copa en sí. Cuando un equipo ha hecho migas con los buenos resultados es una temeridad empeñarse en que pierda. La debacle de Sevilla desinfló moralmente a nuestros hombres justo cuando éstos empezaban a creerse llamados a protagonizar una buena temporada. Era muy tierna su fe en el triunfo cuando se la segó la derrota del Sánchez Pizjuán —¡y qué derrota!—.

 3) La cerrazón de poner a determinados jugadores —la extravagancia de Diego Rivas o Santi, en vez de Movilla; o de Aragoneses, en vez de Juanma— no sólo le costó al equipo buena copia de puntos, sino que difundió una perplejidad innecesaria entre los jugadores y los aficionados. El calvito fue el jugador más en forma de la pretemporada y el portero se marchó invicto. (¡Carajo!, un guardameta con el que no se pierde constituye para sus coequipiers casi en un amuleto de la victoria; que el futbolista —como el guerrero de la Antigüedad— es muy supersticioso.)

En materia de alineaciones mostró un criterio errático: se olvidó de Contra y de Rodrigo —el titular de las primeras jornadas—. Entronizó a Musampa para borrarlo en la segunda vuelta.  Mostró demasiado apego a notorios insolventes como Gaspar, De los Santos o Aguilera, Simeone nunca le devolvió la confianza que puso en él, etc.

4) Pecó de pachorra en el trato con sus discípulos, particularmente con Torres, al que aduló en exceso. Torres necesita un mister justo y firme que le quite las ínfulas de estrella y le enseñe lo que no sabe hacer.  Torres necesita entrenar más que los demás, principalmente el remate.

En fin, se va don Gregorio y llega un tal Ferrando —otro no name—. El criterio para su fichaje ha sido el precio. Por lo menos no viene Luis Fernández —el favorito de la afición, según un sondeo—. Sólo nos faltaba traer a un fantoche que se revuelca por el césped cuando su equipo marca un gol. (¿Es que no nos hemos cansado de los impresentables?)

 

P.D. Nos dicen —¡qué perseverancia en la engañifa!— que el Atlético va a formar un gran equipo para el año próximo y también que el club sólo dispone de 9 millones de euros para fichajes. Pues bien, con esa cantidad no hay ni para comprar los cordones de las botas de Eto’o.

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