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Las Perlas del Foro de Señales de Humo

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El Foro de Señales de Humo, a lo largo de su historia en múltiples formatos, siempre ha sido sinónimo, entre otras cosas, de calidad en los escritos de sus participantes. Aquí se ofrece el histórico de aquellos escritos que merecieron el "¡¡A Columnas!!" por parte del resto de foristas.

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Patatas a la importancia (31/05/2004)

Por una vez, y si a ustedes no les parece mal,  voy a ocuparme de nuestros vecinos.

1) La verdad es que son unos artistas —me refiero a Valdano y los merengues—, unos artistas de la autopropaganda: la practican sin ningún escrúpulo. Fíjense si no en este fragmento de la rueda de prensa en la que director general del Madrid anunciaba su “Ciao, bambinos” —o su “Hasta luego, Lucas”—: “Han sido cuatro años apasionantes (…) En medio de un proceso de transformación del club, supimos conseguir éxitos deportivos, sociales y económicos hasta colocar al Madrid en una posición de liderazgo mundial”. ¡Tendrá morro! El único proceso de transformación del Madrid ha sido su brusco, su  brutal, enriquecimiento —pasó en un santiamén de mendigar a vivir por todo lo alto— merced a la cooperación necesaria de dos ilustres cargos públicos de la región. Cómo habrá sido la cosa de difícil y heroica que se logró mediante una simple firma al pie de un documento. De manera que, cuando Valdano fichó por el Madrid —para cobrar 300 millones a cambio de lucir los trajes y las corbatas y ponerle voz a la entidad— la transformación del club blanco —de presumido y arruinado en fatuo y pudiente— ya era un “éxito sin paliativos”. (La reveladora expresión es de Esperanza Aguirre. ¿Qué tendría en la cabeza la dama cuando vinculó el sustantivo “éxito” a la locución “sin paliativos”, empleada por lo común para calificar un fracaso. Pues seguramente la conciencia de haber participado en una maniobra turbia, ilícita.)

Valdano se va porque sobra, porque se lo lleva crudo sin dar ni golpe. Su tarea la puede hacer cualquier otro a cambio de un sueldo bastante menor. (Para fichar a Zidane o Ronaldo no se requiere ningún criterio sino potencia pecuniaria.) Valdano se autoincluye en la hazaña plural de haber puesto al Madrid a la cabeza del fútbol planetario, pero él ha intervenido muy poco. (Y cuando lo hizo fue para recibir el desaire de su presidente —el caso Milito—, o para equivocarse —el caso Queiroz—.

2) A raíz del eslógan “Zidanes y Pavones”, se ha comentado que el Madrid no tiene clase media y que su plantilla se compone sólo de genios y chavales con más o menos futuro. Ahora bien, ¿qué son los Salgado, Helguera, Guti, Solari y, si me apuran, Casillas o Raúl? ¿Grandes cracks? No por cierto. Entonces, ¿por qué el lobby merengue insiste en la empachosa dicotomía? Responderé con una parábola. La patata es un tubérculo sabroso, rico en fécula y almidón; su calidad gastronómica no es muy grande, aunque sirve para llenar la panza de los pobres: es una suerte de pan, en aquellas latitudes donde el trigo no abunda. Ahora bien, existe una manera de guisarla —con ajito, pimentón, etc.— y al plato en algunos lugares le llaman “Patatas a la importancia”. Mucho presunto crack del Madrid no es más que un jugador a la importancia —la que se dan ellos y la que les confieren los ideólogos merengues—.

La causa por la que esta especie de segundo Bernabéu  que es Florentino —Valdano adula hiperbólicamente a los suyos, costumbre muy Real Madrid— patrocinó el eslogan de “Zidanes y Pavones” es muy simple: Morientes, MacManaman, Munitis, Flavio, etc. percibían fabulosas cantidades de dinero por calentar el banquillo —exactamente como Valdano— y ni siquiera el todopoderoso Real puede permitirse vivir siempre tan al margen de las leyes económicas. Este ejercicio, el Madrid optó por un modelo más austero, más a la italiana: un conjunto muy definido, con cuatro primerísimas figuras y ocho o diez futbolistas de buen nivel medio, dejando para los canteranos el papel de rellenar los huecos en la foto para la historia. El problema es que Roberto Carlos, Zidane y Figo envejecen. Y Ronaldo nunca volverá a ser el que fue —hablo de sus facultades físicas—. Para colmo, Raúl ha firmado una de sus peores temporadas en el Madrid.

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