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Las Perlas del Foro de Señales de Humo

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El Foro de Señales de Humo, a lo largo de su historia en múltiples formatos, siempre ha sido sinónimo, entre otras cosas, de calidad en los escritos de sus participantes. Aquí se ofrece el histórico de aquellos escritos que merecieron el "¡¡A Columnas!!" por parte del resto de foristas.

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Pecata nada minuta (07/05/2005)

Agoniza la temporada y, como siempre por estas fechas, surge uno de esos debates indicadores de la mala salud del fútbol: el de las primas a terceros (hay quien matiza que son por ganar, como si la prima por perder no tuviera ya un nombre —y bastante feo, por cierto—: soborno).

 
Las primas a terceros, a que tan aficionados son algunos profesionales del balompié, son antideportivas.( Atentan contra el principio de igualdad de condiciones, favorecen al equipo adinerado, introducen un elemento espurio en la competición, etc.) Entonces, ¿por qué se hace la vista gorda? Pues porque constituyen un arma más de los clubes poderosos. Se sabe de entidades que han untado a otras ya en la primera vuelta de la Liga. (La última vez que el Madrid cambió de presidente,  Florentino pidió explicaciones a Lorenzo Sanz a propósito de una misteriosa partida de 350 millones de pesetas que figuraba en los balances en el capítulo de otros gastos. Onieva, el segundo de Sanz, le replicó con gran desenvoltura que había sido utilizada para “regalos a los árbitros y primas a terceros”.  Nadie abrió una investigación. Y había motivo pues, que yo sepa, obsequiar a un juez es un delito denominado ‘cohecho’.) Cuando el profesional del deporte alega que él es un asalariado y se bate exclusivamente por dinero, para justificar el cobro de primas provenientes de otras arcas que no son las del club que le ha contratado, confiesa que el deporte le da lo mismo pero también que es un mal profesional porque no está dispuesto a mover un músculo sin un acicate extra no estipulado en su nómina. Y, para colmo, traiciona al equipo que le paga, pues si éste carece ya de aspiraciones en el campeonato y por eso tolera que el jugador se relaje (a fin de que ahorre fuerzas para competiciones futuras o minimice el riesgo de una lesión), el futbolista contraviene dicho pacto no escrito al defender los intereses de otros colores.

Allá por los años 80 se disputaban el primer puesto el Madrid y la Real Sociedad. Los donostiarras tenían como rival al Sevilla, que había jugado un par de domingos antes contra los merengues. El cuadro del Sánchez Pizjuán, en la zona media de la tabla, puso toda la carne en el asador ante la Real y logró la victoria, después de haberse dejado batir por los blancos sin oponer resistencia. ¿El secreto de tan dispar conducta? Un cheque. Aquel cheque valió un título.

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